La cooperativa Patio de las Rosas comenzó distribuyendo bolsones de comida y se convirtió en un espacio de referencia de la economía social, popular y feminista.
Hace ocho años, cuando comenzaron en el pasillo de un PH, tímidamente, pero con convicción, eran «La vecindad de las chavas». El paso de los años les trajo crecimiento y el pasillo de la zona Sur del Gran Buenos Aires les quedó chico. Fue allí cuando se mudaron a la Biblioteca Gutiérrez en Lomas de Zamora y se convirtieron en el Patio de las Rosas, una organización de la economía social, popular y feminista sin fines de lucro cuyo objetivo central es la promoción de la soberanía alimentaria. El patio, típicamente español, y su aljibe son la recepción de quienes ingresan a conocer a esas mujeres que en el 2023 se constituyeron formalmente en cooperativa.
«A nuestro proceso lo podríamos llamar “del pasillo al patio”», cuenta Laura Orsi, psicóloga social y presidenta de la cooperativa, que con 70 años sabe que es una referente, pero camina hacia una transición con las más jóvenes.
«Nos constituimos primero como nodo y ahí surge la necesidad de tener un espacio propio pues cada vez éramos más. ¿Qué pasó? Las compañeras que venían a buscar los bolsones de alimentos empezaron a producir cosas. Una de ellas, Rosita, realizaba conservas y lanza “Conservas la Rosa”. Una piba muy joven, que falleció de cáncer dos años después, y el Patio de las Rosas se llama así un poco por ese detalle», cuenta Orsi con un dejo de emoción.
A estas primeras productoras se sumaron otras, no solo vinculadas a lo alimenticio, y, con la intención de brindarles oportunidad a todas, nació la Feria Soberana, que se realiza el segundo sábado de cada mes y en donde 57 emprendedoras, artistas y artesanas venden sus producciones.
Pero, en realidad, el nacimiento fue con el nodo de Consumo Responsable, al que luego se le sumó el Almacén Solidario, a partir de un convenio de mutua cooperación y articulación con la Universidad Nacional de Quilmes (UNQUI), tanto en materia de Economía Social como en Género. Mercado Territorial es una iniciativa que surgió en el 2015 a partir de la Incubadora de Economía Solidaria de la UNQUI con el objetivo de construir canales alternativos de comercialización de modo de acercar a quienes producen alimentos y quienes los consumen.
«Me invitan a una asamblea en una de las quintas en Florencio Varela, en la que producen sin agroquímicos y me enamoro de este proyecto. Ahí descubrimos que la mayoría de quienes trabajan la tierra son mujeres, entre ellas Kelly, que se dedica a la plantación de frutillas y nos cuenta que gracias a este proyecto ella levantó la mirada del suelo».
Los viernes es el día de entrega de los bolsones de verdura agroecológica, y el canal de comunicación para solicitarlo e informar al respecto es un grupo de Whatsapp, que ya cuenta con 211 miembros. Con un funcionamiento en el que sus ocho integrantes tienen una equitativa distribución de tareas y toman decisiones de forma colectiva, en El patio de las Rosas funciona también un espacio cultural y de formación.
Múltiples propósitos
«Somos una cooperativa multipropósito», cuenta Orsi. Y agrega: «Nuestra madrina es Miryam “Kita” Gorban, estamos muy ligadas al cooperativismo y a todas las cátedras de soberanía alimentaria. Por tanto, las producciones culturales integran también la economía social y solidaria. Aquí se dictan talleres de producción de contenido, escritura creativa, de ilustración, de serigrafía, de encuadernación, de reciclado. Incluimos a todas estas compañeras que cobran por su trabajo».
La organización cuenta con reconocimientos y premios otorgados por la Agenda de Mujeres y el Ministerio de las Mujeres de la Provincia de Buenos Aires, además de tener el apoyo del Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires.
El feminismo está presente desde el ingreso al lugar: el patio fue bautizado con el nombre Marielle Franco, la militante feminista brasileña asesinada en 2018, y una imagen de ella y otra de Diana Sacayán, militante y víctima de travesticidio, ilustran las paredes de una de las salas de la cooperativa.
«Somos también Punto Géneros. Esto significa poder recibir demandas de las compañeras por situaciones de violencia, estamos en relación tanto con las áreas de género del municipio como de provincia». Ellas son Alita, Andre, Angy, Cris, Kiki, Lau, Sole, Orne, Petty y Suchi y, si bien aún no pueden vivir de esta actividad, su compromiso con el proyecto es total, convencidas de que otra economía es posible.
«Somos uno de los primeros nodos que armaron en la red Mercado Territorial integrada por nodos de consumo en Zona Sur, en CABA y hay algunos en Zona Oeste. Lo interesante de la economía social es que es solidaria, cooperativa, nada competitiva», explica orgullosa esta integrante también de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Nota: Beatriz Chisleanschi
Fotos: Mauro Torres